Podría ser aun peor. Y es que al menos, hace unos años, se tuvo la deferencia de incluirla en el PAC, de modo que se eliminaron las minúsculas aceras y los aparcamientos, para darle esa pavimentación más llana y amplia, que tienen las calles de mayor relevancia comercial del centro. Pero aunque la mona se vista de seda... ya se sabe.
Del Teatro Castelar hacia abajo, la mayor parte de los inmuebles están totalmente abandonados y en ruina. Se levantó algún edificio nuevo. Un par de ellos, al menos, tuvieron la consideración de diseñar fachadas con cierto aspecto clásico, acordes a la imagen que se espera en una zona de casco histórico. Otros, más pasotas, levantaron algún mazacote cuadrado que es una aberración urbanística.
Pero lo cierto es que la calle ahí está, muerta, sucia, en ruinas. Llegas a la Esquina del Guardia, en otros tiempos uno de los cruces con más trasiego de la ciudad, y la suciedad lo invade todo. Solares abandonados y edificios dejados a medio construir, son la estampa del lugar.
¿Y donde están las autoridades para GOBERNAR? Ni están ni se las espera.
El ayuntamiento, si para algo está, si para algo debiera servir, si para algo SE LE PAGA, es para que tome parte, para que ordene, planifique, actúe, en definitiva, gobierne. Pero no lo hace, nunca lo ha hecho. Hemos estado condenados siempre a una infame kakistocracia, al gobierno de los peores, los más ineptos, que han sido incapaces de hacer nunca nada por dirigir la ciudad.
Hay que tomar medidas urgentes:
- Decretar el estado de ruina y ordenar el derribo inmediato de MANZANAS ENTERAS, de todos los bloques pequeños, viejos y decrépitos de esta calle.
- Una vez estén todos los solares limpios y desescombrados, fomentar, dando ventajas fiscales, para que se levanten edificios nuevos.
- Ordenar por normativa municipal, a que todo edificio nuevo construido en calles del casco antiguo, tengan que tener un diseño clásico que no desentone con la zona. Ya que nos hemos cargado la poca historia que teníamos, al menos que se tenga la sensación de estar en un centro urbano clásico.
- Que los edificios se construyan por manzanas enteras. Está la ciudad entera con una nefasta construcción hecha a PEGOTES. Se derriba una antigua casa en una pequeña parcelita, y se levanta un edificio nuevo en esa única parcela, sin tener en cuenta nada de lo que hay alrededor. Dando lugar así a calles visualmente horrendas, con edificios y casas que no pegan entre sí.
Un simple ejemplo que escenifica todo lo dicho, es la manzana situada abajo del todo, entre las calles Jardines, Chapí y San José. De haber actuado con un poco de planificación y visión a largo plazo, se podia haber esperado a derribar todas las casas ruinosas que habían, para haber levantado un edificio amplio y atractivo, cuyas fachadas mirasen a las 3 calles, ocupando todo el espacio marcado en el recuadro rojo.
Sin embargo la nula planificación, ha condenado el lugar a una esperpéntica chapuza, sin solución durante décadas. El edificio inacabado de Chapí. El mazacote cuadrado de Jardines. El solar vació de la esquina del guardia, y otras tantas casas entre medias que se caen a pedazos. Todo ello en una zona que debería ser de las más míticas y cotizadas de la ciudad.
¿Cuándo vamos a tener un equipo de gobierno que gobierne? ¿Cuando tendremos un alcalde y concejales que tomen decisiones valientes? Que tengan iniciativa, que tengan visión, que tengan cerebro, que tengan una estrategia urbana de lo que la ciudad debe ser el día de mañana.
Que nuestras calles más céntricas y emblemáticas ofrezcan una imagen acorde a lo que se espera de una ciudad de esta entidad. Que tengamos construcciones de calidad, edificios que ocupen manzanas enteras, con uniformidad en su imagen y formas. No que se construya a pegotes en las distintas parcelitas, al más puro estilo favelario del Brasil.
Es increíble como hasta en la calle hablando con la gente todo el mundo comente la total inexistencia de planificación urbanística en la ciudad, y que sin embargo los máximos responsables de ello, ignoren el tema con absoluta indolencia, durante más y más décadas.
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