viernes, 19 de noviembre de 2010

Elda ya no es lo que era...


Elda tiene un gran potencial como ciudad. No solo ya como capital comarcal, sino por ser el principal núcleo urbano del interior de la provincia, así como de otras provincias limítrofes. Nuestra ciudad se encuentra enclavada en un valle que es cruce de caminos, en una posición estratégica privilegiada que la convierte en un nudo de comunicaciones.

Queda ya muy lejana aquella época en la que Elda aun era conocida por ser un destino habitual para los vecinos de nuestra comarca, incluso de otras más apartadas. Elda era un núcleo comercial y de ocio, con comercios de referencia, una gran oferta cinematográfica, y en definitiva una ciudad muy viva, con una incesante actividad comercial durante el día, y una amplia gama de ocio nocturno.

La ciudad ha sufrido determinadas rachas, unidas a la crisis del calzado, que han hecho que por diversos motivos haya decaído buena parte de su actividad comercial y de ocio. No obstante, han influido mucho en ello las decisiones, o más bien las indecisiones políticas, que durante muchos años han hecho que nuestra ciudad haya perdido el tren del progreso. Durante mucho tiempo Elda ha estado estancada, aletargada, detenida en el tiempo, en el que no solo no se hizo nada por mejorar, prosperar y adaptarnos a los tiempos, sino que además se dejó perder y morir lo poco que quedaba.

Hoy día, hemos pasado de ser la cuarta ciudad de la provincia, a perder población y debatirnos entre la séptima y octava posición. Las ciudades más grandes, nos sacan ya una distancia abismal. Las que eran de tamaño similar a la nuestra, nos han adelantado dejándonos en el vagón de cola, e incluso otras más pequeñas han evolucionado a un ritmo enormemente mayor.

Son muchas las causas por las que Elda hoy es una ciudad dormida, una ciudad envejecida, una ciudad falta en inversiones, una ciudad que ya no resulta atractiva ni para emprender, ni para visitar, ni para comprar, ni para disfrutar. En algunos aspectos porque se nos adelantaron los vecinos de Petrel, pero en otros, hemos perdido esa cuota de visita de otras poblaciones, que ahora prefieren hacer unos kilómetros mas para sus compras y su ocio en ciudades  mas grandes, atractivas y variadas, como Alicante y Elche.

El problema no queda solo en los vecinos que han dejado de visitarnos, sino que radica más profundamente, dentro de nuestros habitantes. Se trata ya de un problema generacional. Son varias las generaciones que han ido creciendo en una ciudad cada vez más estropeada, más gris, mas falta de ofertas de todo tipo. Varias generaciones que se han acostumbrado a que Elda hace tiempo que dejó de ser funcionalmente una ciudad y empezó a convertirse en un núcleo casi dormitorio. Una ciudad en la que mucha gente ni siquiera la plantea ya como opción, y prefiere irse fuera, a comprar, a divertirse, a trabajar, y por ende, incluso para vivir.

Elda aun esta a tiempo de revertir esta situación, de hecho este año es el primero tras mucho tiempo en el que se empieza a observar un cambio en la tendencia seguida hasta ahora. Son muchos los esfuerzos que una ciudad como esta debería llevar a cabo para conseguir, ya no ser lo que era antaño, sino trabajar con ímpetu para conseguir ser algo mucho mejor que lo que se fue tiempo atrás.