A lo largo de esta
primavera, nuestro insigne periódico local Valle de Elda, ha venido publicando
varios artículos de prensa titulados “Expertos analizan los retos que deben de afrontar Elda y Petrer en
los próximos años”. En ellos, diversas personalidades
conocidas de la ciudad, comentaban sus impresiones sobre qué necesitamos para
tener un futuro mejor.
Leyendo las declaraciones de los entrevistados, ha habido
algo que me ha llamado poderosamente la atención, y es el hecho de que casi todos
ellos, por primera vez, estaban empezando a alzar la voz reclamando unidad
entre Elda y Petrel. He de decir que ninguno de ellos se atrevió a nombrar
explícitamente la cuestión de la fusión de municipios, quizá por miedo de
generar polémicas. Pero lo voy a hacer yo.
Seamos claros y
sinceros: Elda-Petrel ya es una única ciudad. Lo viene siendo desde hace muchas
décadas y ya ha llegado el momento de que nuestras instituciones empiecen a actuar como tal.
Elda y Petrel tienen que fusionarse íntegra, total y oficialmente.
Y tienen que hacerlo ya. Cada año que pasa en el que ambos municipios siguen caminando
por separado, es un tremendo coste de oportunidad que ni nos podemos permitir,
ni deberíamos tolerar. De hecho, la ansiada fusión debería haberse hecho ya a
mediados de siglo XX, y nuestra ciudad habría vivido una transformación muy
diferente a la que hoy conocemos.
Elda y Petrel hace
mucho que dejaron de mirarse de espaldas. Fue un matrimonio que se produjo “sin
permiso”, pero que ha echado profundas raíces. Nosotros, los vecinos, hemos
materializado esa unión, aún sin el respaldo de nuestros políticos. Todos
nosotros tenemos amigos y familiares en ambos municipios, en los que hacemos
vida diaria común, formando parte de un mismo todo.
Recorremos las
mismas calles, compramos en los mismos comercios, paseamos por los mismos
montes, trabajamos en las mismas fábricas, y utilizamos los mismos servicios, sin
importar en qué lado de la frontera se encuentren. Todos nosotros tenemos muy
claro que somos ciudadanos de una sola ciudad y nos comportamos y relacionamos
como tal.
Todos, excepto
nuestros políticos, que se tapan los ojos, y parecen empeñarse en querer vivir
de espaldas a la realidad. Nuestros ayuntamientos siguen decididos en actuar en
contra de los deseos y las necesidades de todos nosotros. Y hablemos sin
tapujos: esto ocurre porque hay detrás intereses políticos y económicos que
nadie quiere tocar. Tener 2 ayuntamientos, da lugar a tener 2 alcaldes, 2
equipos de gobierno y 2 plenos llenos de concejales. Y no solo eso, sino que todas
y cada una de las funciones, cargos públicos, oficinas, empresas públicas, colocaciones, concesiones, y
actividades de un ayuntamiento, existen POR DUPLICADO.
No seamos
ingenuos. La política es un negocio, y la gente que vive de la política y de todas
sus actividades relacionadas, prefieren que sigan habiendo 2 ayuntamientos, a
que estos se fusionen en uno solo. Pues así, tocan a más. Es simple.
Si tengo la
fortuna de que este texto llegue a nuestros ayuntamientos y alguno de ustedes que están leyendo, es miembro de cualquiera de las 2 corporaciones, les pido que hagan un ejercicio de sinceridad. Saben tan bien como yo, que si Elda y Petrel no se han convertido aún en Elda-Petrel, (es decir, en un único municipio unificado), es por el interés político que hay detrás. Un interés, que va en contra de los verdaderos
intereses y necesidades de la ciudad y sus habitantes. Creo, estimados concejales, que ha llegado el momento de pensar y dar un paso al frente.
Si Elda-Petrel se
fusionara en un único municipio, automáticamente nos convertiríamos en una de
las mayores ciudades de todo el levante español. Un gran municipio de 150 km2
de superficie, y con una población de casi 90.000 habitantes. Es decir, la
tercera ciudad más grande de la provincia de Alicante y la quinta de la
Comunidad Valenciana, por detrás tan sólo de Valencia, Alicante, Elche y
Castellón. Por separado, Elda ocupa el puesto 14º y Petrel el 24º
Con la
unificación, tendríamos el tamaño suficiente para poder acogernos a la Ley de Grandes Ciudades de España, con
la que podríamos disfrutar de privilegios legales y mayores inversiones. El
peso político, económico y demográfico, así como la influencia que ejerceríamos al ser LA QUINTA CIUDAD más grande de la
región, sería innegable y notable. Y no solo en cuanto a lo que el sector público se
refiere, sino a nivel de inversiones privadas. Porque también influye la imagen
de potencia que se proyecta.
Estadísticamente
pasaríamos a ser una ciudad grande, con mucho territorio y mucha población,
encuadrada además en una ubicación estratégica. Una ciudad que ofrecería una
imagen dinámica y pujante a los inversores. Un nuevo municipio unificado, que une sus fuerzas para embarcarse en un proyecto ambicioso y renovador, que resultaría muy atractivo para
el ámbito privado. Incluso se hablaría largo y tendido de nosotros en el ámbito político nacional. No sólo seríamos un ejemplo a seguir para otras conurbaciones, sino que la propia publicidad nos pondría en el punto de mira, con todo el beneficio que ello conlleva.
Pero el principal
beneficio de todos, sería poder unificar por fin LA PLANIFICACIÓN URBANÍSTICA.
Hace ya años, publicamos aquí mismo un artículo llamado “Avenida de Madrid, elMuro de la Vergüenza”, en el que denunciábamos la infame actuación histórica
por parte de nuestros ayuntamientos. Cómo en lugar de haber pactado un ordenamiento
urbano conjunto décadas atrás, se dedicaban a construir tapones y puntos negros
a lo largo de toda la frontera, que impiden y dificultan el libre tránsito
entre ambos municipios. Algo a todas luces incomprensible.
Muchas de estas
trabas físicas siguen existiendo. Además, muchos otros viales de gran
importancia que se deberían de construir para interconectar más fluidamente nuestros barrios, siguen sin llevarse a cabo. Ambos
ayuntamientos siguen mirándose de espaldas, planificándose como si estuviéramos en
islas separadas en mitad del mar.
El hecho de seguir
siendo 2 municipios separados, hace que ambos ayuntamientos sigan enfrentándose
y COMPITIENDO estúpidamente, para ver quien se lleva el gato al agua. A ver quién
de los 2 consigue más industrias, quién de los 2 consigue más población, o más centros
comerciales, o más tiendas de marcas conocidas, o quién tiene más bares, o quién construye más pisos
nuevos. Y así siempre. Una eterna y estéril competición que intenta enfrentarse en lugar de complementarse, que nos está perjudicando y
empobreciendo a todos.
Por ejemplo: ¿No
se da cuenta Elda de qué grandísima estupidez es empeñarse en duplicar la
superficie de Campo Alto y Finca Lacy? Para ello quieren construir además, una serie de carreteras que supondrían arrasar por completo con los montes de la umbría de Bolón, o llevarse por delante cientos de campos
residenciales en las Agualejas, para una carretera claramente innecesaria fuera del casco urbano. ¿Para
qué, si está claro que el mejor lugar donde situar nuevas industrias es junto a
la autovía, en suelo de Petrel?
Hay veces que los
vecinos miramos a nuestros políticos de forma atónita, como compiten y pelean, con trifulcas y envidias, poniendo las excusas más increíbles y aldeanas, con tal de no sentarse a negociar de una vez la necesaria fusión de los municipios. Vivimos en
un ambiente surrealista, que parece extraído del universo de ficción berlanguiano de la serie Villarriba y Villabajo. Siempre enfrentados, compitiendo y peleando, midiéndonos a ver
quién gana más, quien consigue más, quién crece más, o quién tiene mejores
fiestas de Moros y Cristianos.
Y es muy importante este punto, las fiestas. Pues los detractores de la fusión, siempre han intentando tocar la fibra con el tema de las fiestas populares, manipulando a la gente para inventar un problema donde no lo hay y que así los vecinos se opongan a la unión.
¿Dónde está el problema? Aunque fuésemos una única ciudad, se podrían seguir celebrando por separado cada una de nuestras festividades y tradiciones, tanto fiestas patronales como Moros y Cristianos y que cada cual participe en las suyas, o por qué no, en ambas. Nada ni nadie lo impide. En las grandes ciudades hay celebraciones por barrios. En Alicante sin ir más lejos, hay distintos barrios que celebran sus Moros y Cristianos por separado, en distintas fechas del año. Y no pasa nada.
Pero hay quienes pretenden hacer creer que unos y otros íbamos a perder nuestras celebraciones, cuando no es verdad. La unificación, lo único que traería, son beneficios para todos. Incluso, un mayor interés comercial y turístico, complementándonos, promocionando todas nuestras fiestas en conjunto, nuestros castillos, nuestras iglesias, nuestras zonas naturales. Sumando todo en conjunto, somos más, y ofrecemos mucho más a los demás.
Si fuéramos un
único municipio, tendríamos una planificación urbana unificada, en la que tanto
las zonas industriales como las residenciales, se planificarían y construirían
en aquellos lugares más idóneos para el conjunto del valle. Se podría actuar de
una vez por todas para rellenar todos los huecos vacíos interiores que tenemos entre las distintas zonas de nuestro casco urbano. Así como para construir algunos de los viales que sí se necesitan
para interconectar los distintos barrios. Como por ejemplo, la gran avenida que
se necesita urgentemente en El Vergel, para conectar en línea recta las
avenidas de Ronda, Mediterráneo, Madrid, Felipe V y Salinetas. Una obra que revolucionaría la conexión y el tráfico urbano, ganando una fluidez urbana nunca antes vista en la ciudad. Se daría pie incluso a una nueva y futura zona de expansión urbana, en una zona privilegiada.
Las fusiones de
municipios se llevan haciendo desde hace más de un siglo. Sin ir más lejos,
hace 100 años los municipios de Madrid y Barcelona tenían superficies mucho más
pequeñas, y acabaron fusionando una docena de municipios a su alrededor para
poder construir los ensanches modernos. Hortaleza, Vallecas, Carabanchel, Sants
o Gracia, eran pueblos independientes que se unieron a sus capitales para
construir juntos una gran ciudad.
Nuestro caso de 2
ciudades similares que se unen en una sola, ni siquiera es insólito ni único.
Hay otros ejemplos por toda Europa. El más famoso es el de Budapest, la
magnífica capital húngara fue creada en 1873 tras la fusión de la antigua
capital, Buda y su ciudad gemela, Pest, separadas ambas por el Danubio.
En el centro de
Francia, las ciudades de Clermont y Montferrand, rivales y enemigas durante
siglos, fueron unificadas para fundar la ciudad de Clermont-Ferrand, hoy en
día, sede de la gran empresa Michelin. En Italia destaca la turística ciudad de
Pescara, ya fusionada hace 100 años con su vecino pueblo de Castellammare y que
ya ha aprobado una nueva fusión con otro municipio conurbado más, Montesilvano,
de modo que el próximo año constituirán una ciudad unificada de 200.000 habitantes. ¿Qué nos impide a nosotros hacer lo mismo para ser mejores?
Señores, ha
llegado el momento de comportarnos como adultos, estar a la altura de las circunstancias y tener una visión de futuro que nos agradezcan las generaciones futuras. Estamos atravesando
una crisis muy profunda. Ya veníamos arrastrando una dura crisis industrial,
económica, social e institucional. Llevamos mucho tiempo inmersos en una espiral de falta de empleo, falta de ocio, de deterioro acusado de nuestros barrios, de fuga masiva de jóvenes, con una crisis demográfica que
conlleva un profundo envejecimiento.
Esta ciudad lleva años estancada y perdiendo población, con gente joven que literalmente HUYE a otras ciudades, regiones y hasta países más dinámicos, atractivos y prósperos donde tener un futuro. Para colmo, la actual crisis sanitaria y sus consecuencias, tanto humanas como económicas lo está agravando todo en profundidad. Necesitamos cambios profundos y urgentes. Pero sobre todo necesitamos un revulsivo. Un punto de inflexión que inicie una nueva etapa de ilusión para todos.
Elda y Petrel, Petrel y Elda, juntos formamos una sola ciudad que, si trabajamos juntos y nos lo proponemos, puede llegar a ser grande, bonita y próspera. Está enclavada en un valle montañoso
muy peculiar, en un corredor estratégico muy próximo al mar. Tenemos unas
condiciones inmejorables para unirnos de una vez, hacer las cosas bien, sumar
nuestras fuerzas y remar en una única dirección hacia el futuro.
No tenemos más que repasar nuestra propia historia nacional. Ver el paralelismo de como las coronas de Castilla y Aragón, tras unificarse, se acabaron convirtiendo en una de las mayores potencias de la historia. No es que vayamos a crear nosotros un imperio uniendo nuestros municipios, pero sí tenemos ante nosotros la oportunidad de construir por fin una ciudad grande, unida, desarrollada, cohesionada, concéntrica y bien planificada. Una ciudad grande y unificada que se reafirme como esa gran capital comarcal que siempre debimos ser. Que volvamos a ser ese gran polo de atracción del interior de la provincia.
Que juntos demos de sí todo lo mejor que podamos dar, de modo que nuestros hijos, nuestros nietos, y las generaciones venideras, den gracias por aquel día en el que una población valiente, decidió reconvertir 2 pueblos enfrentados, en una gran ciudad con un brillante futuro por delante.
Elda-Petrel podría llegar al año 2100 siendo una gran ciudad de 125.000 habitantes, llena de grandes avenidas, grandes parques, grandes empresas, grandes bosques en nuestros montes, y un casco urbano cohesionado y bien trazado similar a este. ¿Te lo imaginas? Pues no dejemos pasar la oportunidad y construyamos de una vez algo grande, que nos depare un futuro con ilusión.